Declaración Doctrinal

Un Resumen de lo que Creemos.

Los Bautistas siempre han declarado no tener más credo que la Biblia, y así es como debe ser.  Sin embargo, comenzando con los anabautistas se juzgó conveniente exponer una declaración doctrinal que describa su posición en relación a doctrinas bíblicas básicas. Esto ha sido muy útil para purgar a las iglesias de doctrinas erradas.

I. LAS ESCRITURAS.

Creemos que la Santa Biblia fue escrita por hombres inspirados en forma sobrenatural; que es la verdad sin ninguna añadidura errónea en su sustancia; por lo tanto es, y será hasta el fin de los tiempos, la única, final y completa revelación de la voluntad de Dios para el hombre; el verdadero punto de unión cristiana y la suprema norma con la cual la conducta humana, creencias y opiniones serán medidas.

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”

2 Timoteo 3:16-17 RVR1960

“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”

2 Pedro 1:19-21 RVR1960
  • 1. Al decir “La Santa Biblia”, nos referimos a la colección de 66 libros desde Génesis hasta el Apocalipsis, los cuales en sus escritos originales, no solamente contienen y transmiten la Palabra de Dios, sino que ES la propia Palabra de Dios.
  • 2. Al decir “inspirados” nos referimos a que los libros de la Biblia fueron escritos por antiguos hombres santos guiados por el Espíritu Santo en tal forma que sus escritos eran inspirados sobrenatural y verbalmente para no cometer error, en una forma que ningún otro escrito jamás ha sido o será inspirado.

II. EL DIOS VERDADERO.

Creemos que hay uno, y sólo un Dios vivo y verdadero, un Espíritu inteligente e infinito, el Creador y Supremo Señor de cielos y tierra; inexpresablemente glorioso en santidad y digno de todo posible honor, confianza y amor; que en la unidad de Dios hay tres personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, iguales en cada perfección divina, y con diferentes funciones pero en armonía, para la gran obra de la redención.

“Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí.”

Éxodo 20:2-3 RVR1960

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.”

S. Mateo 28:19 RVR1960

III. DIOS, EL ESPÍRITU SANTO.

Creemos que el Espíritu Santo es una persona divina; igual, junto con Dios Padre y Dios Hijo y de la misma naturaleza; que El estuvo activo durante la creación; y en Su relación con el mundo incrédulo El detiene al maligno hasta que el propósito de Dios sea cumplido; que El es testigo de la Verdad del Evangelio en predicación y testimonio; que El es el agente en el Nuevo Nacimiento; que El sella, dota, guía, enseña, testifica, santifica, llena y ayuda al creyente.

“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.”

S. Juan 14:16-17 RVR1960

Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

S. Juan 14:26 RVR1960

“Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.”

S. Juan 16:8 RVR1960

“Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

Romanos 8:9 RVR1960

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.”

Romanos 8:14 RVR1960

“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.”

Romanos 8:26 RVR1960

IV. EL DIABLO O SATANÁS.

Creemos que Satanás fue santo una vez, y que gozó de honores celestiales, pero, debido al orgullo y ambición de ser igual al Todopoderoso, cayó y se llevó consigo una multitud de ángeles y que ahora es el príncipe maligno del poder del aire, y el dios impío de este mundo.  Le tenemos como el gran tentador del hombre, el enemigo de Dios y su Cristo, el acusador de los santos, el autor de todas las falsas religiones, el principal poder detrás de la apostasía, el señor del Anticristo y el autor de todos los poderes oscuros destinado, sin embargo, a una derrota final en las manos del Hijo de Dios y a una condena de justicia eterna en el lago de fuego, lugar preparado para él y sus ángeles.      

“¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.”

Isaías 14:12-15 RVR1960

“Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.”

Ezequiel 28:14-17 RVR1960

V. LA CREACIÓN.

Creemos en el relato de la creación del Génesis, y que éste debe ser aceptado literalmente y no. alegóricamente o en forma figurada; que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios. Que la creación del hombre no fue debido a la evolución o al cambio evolucionario de las especies o a un desarrollo a través de interminables períodos de tiempo de formas inferiores a superiores; que toda forma de vida animal y vegetal fue hecha directamente por Dios y que El estableció la ley de que se reproduzcan sólo “según su género.”

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”

Génesis 1:1 RVR1960

“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten.”

Colosenses 1:16-17 RVR1960

“Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.”

Hebreos 11:3 RVR1960

VI.  LA CAÍDA DEL HOMBRE.

Creemos que el hombre fue creado inocente bajo las leyes de su Creador, pero, por desobediencia voluntaria, cayó de su estado sin pecado y feliz y como consecuencia de esto, la humanidad entera es pecadora, no por coacción sino por elección y por lo tanto condenados a la muerte, sin defensa o excusa. Todos los seres humanos nacen con una naturaleza de pecado y son responsables de sus pensamientos, palabras y hechos.

“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.”

Génesis 3:1-6 RVR1960

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.”

Romanos 5:12 RVR1960

VII.   DIOS, EL HIJO.

Creemos que el Señor Jesucristo es la encarnación de Dios; fue engendrado por el Espíritu Santo  en una  forma milagrosa; nacido de María, una virgen, tuvo una vida sin pecado y El es al mismo tiempo Dios el Hijo e Hijo de Dios.

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”

Génesis 3:15 RVR1960

“Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.”

Isaías 7:14 RVR1960

“El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.”

S. Mateo 1:18 RVR1960

VIII. LA PROPICIACIÓN DE PECADOS.

Creemos que la salvación de los pecadores es enteramente por gracia; a través de la obra mediadora del Hijo de Dios, quien por mandato del Padre, voluntariamente tomó para Sí la naturaleza del hombre, pero sin pecado, honró la ley divina con Su obediencia personal y que con Su muerte hizo una propiciación sustituía de nuestros pecados. Que Su propiciación no consistió en darnos ejemplo de Su muerte como mártir, sino que fue una sustitución voluntaria de Sí mismo en lugar del pecador, en la cruz. Que habiendo resucitado de los muertos, está ahora en un trono en el cielo y que en su maravillosa persona se une una tierna compasión con perfección divina. El es por todo capacitado para ser un Salvador todo suficiente y compasivo.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

S. Juan 3:16 RVR1960

“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”

2 Corintios 5:21 RVR1960

IX. LA GRACIA EN LA NUEVA CREACIÓN.

Creemos que para ser salvos, los pecadores tienen que nacer de nuevo; que el nuevo nacimiento es una nueva creación en Cristo Jesús; que es instantáneo y no un proceso; que en el nuevo nacimiento, el que está muerto en delitos y pecados es hecho participante de la naturaleza divina y recibe vida eterna, el gratuito regalo de Dios; que el nuevo nacimiento se produce en una manera superior a nuestra comprensión, no por cultura, no por carácter, no por voluntad humana, sino única y enteramente por el poder del Espíritu Santo, en conexión con la verdad divina, para asegurar nuestra obediencia voluntaria al Evangelio; que la evidencia de esto aparece en los frutos santos de arrepentimiento, fe y una nueva vida.

“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.”

S. Juan 3:3 RVR1960

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”

2 Corintios 5:17 RVR1960

“Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.”

2 Pedro 1:4 RVR1960

X. LA GRATUICIDAD DE LA SALVACIÓN.

Creemos en la gracia electiva de Dios; que las bendiciones de la salvación son gratuitas para todos por medio del Evangelio, que es la obligación inmediata de todos aceptarla por fe sincera, penitente y obediente; y que nada evita la salvación del más grande de los pecadores excepto su propia perversidad y el rechazo voluntario del Evangelio, rechazo que le lleva a condenación.                        

“Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”

Romanos 10:13 RVR1960

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”

Efesios 2:8-9 RVR1960

XI. LA JUSTIFICACIÓN. ROMANOS 4:1-8; 5:1, 9.

Creemos que la gran bendición del Evangelio que Cristo asegura para todos los que creen en El es la de la justificación; que. la justificación incluye el perdón de pecados, el don de vida eterna basado en los principios de la justicia; que no es dado en consideración por las obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, solamente por la fe en la sangre de nuestro Redentor, Su justicia es imputada o atribuida a nosotros.

“¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.”

Romanos 4:1-8 RVR1960

“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.

Romanos 5:1 RVR1960

Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

Romanos 5:9 RVR1960

XII. EL ARREPENTIMIENTO Y LA FE.

Creemos que el arrepentimiento y la fe son obligaciones solemnes y también gracias inseparables forjadas en nuestras almas por medio del Espíritu vivificador de Dios, por el cuál somos hondamente convencidos de nuestra culpa, peligro e impotencia, y del camino de la salvación por Cristo y así, nos volvemos a Dios con contrición no fingida, en confesión y suplicando clemencia; al mismo tiempo, recibimos al Señor Jesucristo y abiertamente lo confesamos como nuestro único y suficiente Salvador.

“Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”

Hechos 2:37-38 RVR1960

“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.”

Romanos 10:9-11 RVR1960

XIII. LA PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS.

Creemos que son verdaderos creyentes solamente aquellos que perseveran hasta el fin; que su perseverante lealtad a Cristo es la gran marca que les diferencia de los conversos superficiales; que una providencia especial les cuida y que son mantenidos, por el poder de Dios a través de la fe, en una salvación eterna.

“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.  Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Romanos 8:35-39 RVR1960

“Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.”

1 Pedro 1:5 RVR1960

XIV. LA RESURRECCIÓN.

Creemos lo que dicen las Escrituras con respecto a la resurrección, que Cristo se levantó en cuerpo “el tercer día de acuerdo a las Escrituras”; que El ascendió “a la diestra del trono de Dios”, que El solamente es nuestro “piadoso y fiel sumo sacerdote en las cosas relativas a Dios”. Creemos en la resurrección corporal de los muertos, tanto de justos como de injustos, los unos para la felicidad eterna y los otros para la condenación eterna.

“No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.”

S. Mateo 28:6-7 RVR1960

“Y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras”

1 Corintios 15:4 RVR1960

Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.

1 Corintios 15:42-44 RVR1960

He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.”

1 Corintios 15:51-57 RVR1960

“Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”

Apocalipsis 20:11-15 RVR1960

XV.  LA SEGUNDA VENIDA.

Creemos en la venida personal, premilenaria e inminente de nuestro Señor para arrebatar la iglesia antes de la gran tribulación y que después de la tribulación. Cristo establecerá un reino de justicia y paz en la tierra.

Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más.

1 Tesalonicenses 4:1 RVR1960

Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. 5Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. 6Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

Apocalipsis 20:4-6.

XVI. LA IGLESIA.

Creemos que la iglesia neotestamentaria es una congregación de creyentes bautizados, asociados por medio de un convenio de fe y fraternidad en el Evangelio; con observancia de las ordenanzas de Cristo; regidos por Sus leyes y ejerciendo los dones, gracias y privilegios investidos en ellas por Su palabra; que sus oficiales ordenados son o pastores o ancianos y diáconos, cuyas calificaciones, derechos y deberes están claramente definidos en las Escrituras; creemos que la verdadera misión de la iglesia está fundada en la Gran Comisión:  Primero, hacer discípulos individuales; segundo, edificar la iglesia; tercero, enseñar e instruir como Él lo ordenó.  No creemos en la reversión de este orden, mantenemos que la iglesia local tiene el derecho absoluto de autogobernarse, libre de la interferencia de jerarquías individuales o de organizaciones; y que el solo y único Superintendente es Cristo Jesús a través del Espíritu Santo; que es escritural que las iglesias verdaderas se ayuden mutuamente en el contender por la fe y el adelanto del Evangelio; que cada iglesia es el único juez en la medida y método de cooperación; en asuntos de membresía, de políticas, de gobierno, de disciplina, de benevolencia, la decisión de la iglesia local es definitiva.

“Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”

HECHOS 2:40-47 RVR1960

“Enviando, pues, desde Mileto a Efeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia. Cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos; y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo. Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer; salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro. Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.”

HECHOS 20:17-28 RVR1960

XVII. LAS ORDENANZAS: EL BAUTISMO Y LA CENA DEL SEÑOR.

Creemos que las ordenanzas bíblicas de la iglesia son el bautismo en agua y la Cena del Señor.   Creemos que el bautismo cristiano es la inmersión del creyente en agua, en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, con la autoridad de la iglesia local, y para demostrar en un bello y solemne emblema, nuestra fe en el Salvador crucificado, sepultado y resucitado y su efecto en nuestra muerte al pecado y resurrección a nueva vida. Creemos que en la Cena del Señor, los miembros de la iglesia, mediante el uso sagrado del pan sin levadura y la copa o el vino no fermentado, conmemoran juntos el amor de Cristo antes de Su muerte, no sin antes realizar un solemne examen de conciencia; que los participantes de la Cena son creyentes bautizados; que la Cena conmemora el sufrimiento y la muerte de Cristo hasta que El venga otra vez.

Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección.”

ROMANOS 6:4-5 RVR196

“Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.”

1 CORINTIOS 11:23-28 RVR1960

XVIII. LOS JUSTOS Y LOS PECADORES.

Creemos que hay una diferencia radical y esencial entre los justos y los pecadores; que solamente aquellos que por fe son justificados en el nombre del Señor Jesús y santificados por el Espíritu de nuestro Dios, son realmente justos a Sus ojos; mientras que los que continúan impenitentes e incrédulos, son a Sus ojos malvados y malditos y esta distinción se mantiene para los hombres tanto en vida como después de la muerte, en la felicidad eterna de los salvos y en el conciente y eterno sufrimiento de los condenados.

“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”

MATEO 7:13-14 RVR196

“Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.”

MATEO 25:34 RVR1960

“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

ROMANOS 6:23 RVR1960

XIX. EL GOBIERNO CIVIL.

Creemos que el gobierno civil es una designación Divina, en el mejor interés y buen orden de la sociedad humana; que se debe orar por los magistrados y se debe obedecerlos y respetarlos, únicamente con excepción de las cosas que se opongan al mandato de nuestro Señor Jesucristo, Quien es el único Señor de nuestra conciencia y el venidero Rey de Reyes de la tierra.

“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.”

ROMANOS 13:1-7 RVR1960

“Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.”

HECHOS 4:19-20 RVR1960

XX. LA OBRA MISIONERA.

Creemos que todos los hombres, sin Cristo, en todas partes están perdidos y condenados y que el mandamiento de ir y predicar el Evangelio en toda la tierra es claro e inconfundible y que esta comisión fue dada a las iglesias.

“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”

MATEO 28:18-20 RVR1960

“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”

HECHOS 1:8 RVR1960

“Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”

ROMANOS 10:13-15 RVR1960

XXI. LA GRACIA DE DAR.

Creemos que el método de Dios para financiar la obra terrenal de extender el Evangelio a todas las naciones, de cuidar a las iglesias y de sostener a los ministerios, es el de diezmos y ofrendas de Su pueblo; que esto debe ser dado al Señor a través de la iglesia para ser distribuido, bajo la dirección del Espíritu Santo, donde se presente la necesidad; que el momento de diezmar es el primer día de la semana; que todos debemos dar cuenta al Señor de la décima parte de nuestros ingresos; y que el diezmo se constituyó mucho antes de que la ley fuese dada y fue practicado en la iglesia primitiva.

“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.”

MATEO 23:23 RVR1960

“Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.”

HECHOS 4:34-35-37 RVR960

“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.

MALAQUÍAS 3:10 RVR1960